lunes, 11 de agosto de 2008

La Bombonera también tiene sus fantasmas

Resulta que no solo el Monumental es escenario de sucesos inexplicables (vía), la Bombonera está repleta de historias vividas y contadas por los empleados del lugar.
Entre las muchas historias, hay personajes que se repiten en varios relatos: un hombre de camisa blanca que está sentado en las butacas del sector L de la Bombonera, una mujer vestida de novia y un chico que viste bermudas, zapatillas blancas y remera azul. -Al hombre de la camisa blanca, un día llegamos a acorralarlo- cuentan los empleados de seguridad- fuimos con los muchachos por distintos sectores, y... Fue increíble, se esfumó. Lo veíamos, lo veíamos bien cerca y en un momento no lo vimos más. Desapareció"-.
Cuentan también que lo más habitual es ver luces que se encienden en distintos sectores. Después de la recorrida final, se apagan todas las luces. Pero de repente se pueden encender las del vestuario de Primera e incluso las de los baños.
En la Bombonerita, se abren puertas que estaban cerradas con llave.
Cuenta Oscar Verna, el encargado de mantenimiento de las máquinas de café, que luego de terminar su trabajo a las 9 de la noche en el primer piso de La Bombonera empezó a escuchar los pasos de la hinchada bajando las escaleras.
Durante la madrugada, en las recorridas de rutina y cuando las luces están apagadas, "se escuchan ruidos que llegan desde la bandeja que utiliza La Doce, se observan sombras movilizándose a toda velocidad y en distintas direcciones", según el testimonio de un vigilador.
Algunos aseguran que mucho contribuye el hecho de que cada tanto se dispersen, en el césped de la Bombonera, las cenizas de socios muertos a los que se les cumple esa última voluntad.
Federico Retore, utilero del equipo de básquet, ya no va más tres horas antes de los partidos: "Lo peor me pasó una noche que llegué a las 11 para preparar la ropa de los muchachos porque a las 2 nos íbamos a Sunchales y a Paraná. Salí a fumar un cigarrillo y afuera vi a un hombre alto, de traje gris. Era de tez blanca pero no alcancé a distinguir sus facciones. Ni me di vuelta para entrar y el tipo había desaparecido. Los muchachos me dicen que, por la descripción que les di, puede ser el utilero anterior, el Tarija Fernández". El Tarija Fernández era, efectivamente, el anterior utilero y murió hace un tiempo en un baño de Casa Amarilla. Retore también se acuerda del día en que escuchó pelotazos en el gimnasio y ruido de mancuernas chocando con el piso. Eran sonidos sin una imagen que los acompañara. Nadie estaba jugando al básquet, nadie estaba haciendo gimnasia. Fuente.



martes, 29 de julio de 2008

Fantasmas en el Banco Nación

El edificio del Banco Nación, sito en Rivadavia y 25 de mayo fue construido sobre un terreno conocido como "El Pozo de las Ánimas", donde estuvo la primera Capilla de la Colonia y su cementerio (La Misteriosa Buenos Aires).
Según denuncian empleados de seguridad y limpieza del edificio, una niña fantasma se pasea por una zona de máxima seguridad del Banco Nación. Uno de los empleados asegura haber escuchado ruidos en ese sector. De hecho, la cámara 4 del circuito de seguridad del Banco registró a una niña de aspecto fantasmal y de silueta difusa con una muñeca en sus manos en un sector del segundo piso del edificio. Nunca hubo explicaciones pero se sabe, aunque fue negado repetidas veces por las autoridades del Banco, que la niña no fue la única aparición sinó la más mentada.

miércoles, 9 de julio de 2008

Misterio en el Monumental

Me pasaron un artículo del Diario Popular que habla de una leyenda urbana que yo desconocía (si bien conocía el hecho ocurrido), se trata del misterio de la antigua puerta 12 del estadio Monumental. Si bien muchos de nosotros aun no habíamos nacido para ese enctonces, la mayoría sabemos que el 23 de junio de 1968 ocurrió la mayor tragedia del futbol argentino, exactamente en esa puerta del estadio, identificada con la letra M. Durante el final del partido entre River Plate y Boca Juniors por el campeonato Metropolitano, centenares de hinchas intentaban abandonar el estadio y un error de organización que aun no encuentra culpables generó la tragedia: algo impedía la salida, los molinetes estaban trabados (una trampa terrible si los simpatizantes que están abajo no pueden salir y los que están arriba empujan y empujan sin saber qué sucede). En ese instante se produjo una avalancha que arrojó el saldo de 71 muertos y más de 60 heridos, la mayoría asfixiados. Fuente.
Detrás de esta tragedia hay una leyenda urbana: siempre cerca del aniversario de la tragedia, precisamente frente a esa entrada aparecen prendas, zapatillas y pertenencias de usanza habitual en aquel año y que nadie, absolutamente nadie, puede explicar su presencia que, incluso, a veces se repite en otros momentos del año.
Como medida para afrontar los extraños fenómenos, las autoridades de River promovieron que el estadio fuera bendecido y si bien los sacerdotes hicieron su trabajo acorde a las normas eclesiáticas, las manifestaciones extrañas nunca desaparecieron. Fuente: Diario Popular del 22/06/2008.

viernes, 27 de junio de 2008

Secretos del Mar: El próximo verano...

Mucha gente se pregunta: ¿qué puedo hacer yo por la ecología? ¿puedo ayudar a salvar a un delfín? Las respuestas a estas preguntas no están ligadas a las grandes acciones sino a las pequeñas, que suelen ser las más importantes.

Cuando llega el verano los humanos nos sentimos atraídos por el mar. Las multitudes se congregan en las playas en busca de un contacto con las olas marinas que nos produzcan placer y descanso. Pero el paso humano deja su huella fatal en las playas de arena. Millones de bolsas de nylon y plásticos de todo tipo son abandonados en la costa y el viento o las mareas se encargan de arrastrarlos al mar.

Una bolsa de nylon puede navegar varias decenas de años sin degradarse. Las tortugas marinas las confunden con medusas y las comen ahogándose en el intento por tragarlas. Miles de delfines caen también en la confusión y mueren ahogados por la envoltura de un sandwich. Ellos no pueden reconocer los desperdicios humanos, simplemente se confunden, después de todo, "lo que flota en el mar se come".

La tapa plástica de una botella, más dura que una bolsa, puede permanecer inalterable navegando por los mares por más de un siglo. El Dr. James Ludwing que se encontraba estudiando al albatros en la Isla de Midway, en el Pacífico, muy lejos de los centros poblados, hizo un hallazgo espantoso. Cuando comenzó a recoger el contenido del buche de sólo ocho pichones de albatros muertos encontró: 42 tapas plásticas de botellas, 18 encendedores descartables, una motocicleta plástica de juguete y dos puñados de restos flotantes que en su mayoría eran pequeños pedacitos de plástico. Estos pichones habían sido alimentados por sus padres que no pudieron reconocer los desperdicios al momento de elegir su alimento.

El próximo verano, cuando visites tu playa preferida, tal vez encuentres en la arena basura que otra persona arrojó. No es tu basura, pero es tu playa y debes hacer algo por ella. Muchos padres juegan con sus hijos el juego de "A ver... ¿quién consigue juntar la mayor cantidad de plásticos?" en medio de una inolvidable lección de ecología. Otros, en silencio, toman un plástico abandonado y lo llevan con ellos a sus casas, lejos del mar. Los verás pasar sonrientes, saben que han salvado a un delfín.

Lo que acaban de leer es un artículo de "Secretos del Mar", una enciclopedia virtual que nació de la necesidad de su autor, Tito Rodríguez (1958-2007) de difundir el mar, sus misterios y la importancia de cuidarlo. Este post, así como todo lo que publico en este blog, está a la disposición de los lectores. Particularmente, me interesa que este post circule por la importancia de su contenido.
Personalmente tuve la posibilidad de conocer casi todas las formas de vida de este planeta, les aseguro que vale la pena conservarlo para tener la posibilidad de verlo nuevamente.
Como decía Tito Rodríguez:
"No se puede defender lo que no se ama y no se puede amar lo que no se conoce". Fuente.

miércoles, 18 de junio de 2008

La Torre de Clementina

En el barrio de La Boca, sobre la calle Benito Perez Galdós 390, se encuentra uno de los edificios “malditos” de la ciudad, la torre de los fantasmas, obra del arquitecto Guillermo Álvarez. Según esta leyenda urbana, la artista que habitaba esta torre puso fin a su vida sin dejar evidencia de ello. Desde entonces, la Torre ganó fama de estar embrujada, y su actual residente asegura que, por la noche, los pasos de la muerta no lo dejan dormir. Fuente. Algunos boquenses que pasan frente a ella, los más viejos, aún se persignan como protegiéndose de las historias que la rodean. En ese lugar vivió Clementina, una pintora que compartía sus días con una familia de gatos y, según los vecinos, no salía mucho. Todo hacía pensar que tenía una vida tranquila, casi aburrida, pero un día ocurrió algo que pronto se convirtió en una pequeña leyenda urbana.
A pesar de que prefería la soledad de su atelier, y quizás con el único fin de dar un poco de vuelo a su alicaída carrera pictórica, Clementina aceptó realizar una entrevista, la misma se realizaría en su propia casa, y Clementina accedió a que se tomaran fotografías de algunas de las obras que aún no había expuesto.
La charla se desarrolló con normalidad, casi con monotonía, pero cuando el periodista hizo revelar las fotografías supo que esta podía convertirse en una de las mejores historias que habían llegado a sus manos. Sin perder tiempo, se dirigió a la casa de Clementina para mostrarle lo que había descubierto.
La pintora se sorprendió al verla nuevamente, pero más lo hizo al ver las imágenes. Allí, entre sus pinceladas, aparecían tres hombrecitos muy pequeños que ella no había pintado. Los duendecillos o fantasmas parecían jugar sobre las telas, mezclándose entre los colores y los dibujos. Clementina no quiso hablar sobre el tema. Evidentemente perturbada por lo que acababa de ver, invitó al periodista a retirarse de su casa y sólo deslizó un enigmático comentario: "usted no tenía que verlos".
Al poco tiempo Clementina aparecía en el diario, pero en la sección de noticias policiales. Algunos vecinos escucharon un disparo en la casa de la pintora y temiendo por su vida, llamaron a la policía. Nadie había salido del departamento cuando los oficiales llegaron al lugar, pero al forzar la puerta no encontraron nada extraño. Todo parecía normal, salvo por un pequeño detalle: ni Clementina ni sus pinturas estaban allí. Nunca se supo qué fue de ella. Fuente. En estos momentos la torre será convertida en una galería de arte colectivo, por lo que además de su fantasma, el espíritu de Clementina seguirá entre sus paredes. Fuente.

lunes, 2 de junio de 2008

Las galletitas asesinas

Este hecho ocurrió en San Diego. Linda Burnett, de 23 años, fue a un supermercado cercano a hacer las compras. En el transcurso de la tarde, mucha gente la vió sentada en el coche con las ventanillas subidas y los ojos cerrados, con ambas manos detras de la cabeza. Un cliente que había estado en el supermercado un rato se preocupó y se acerco al coche. Se dio cuenta de que Linda había abierto los ojos y que presentaba un extraño aspecto. Le preguntó si se encontraba bien, y Linda contestó que le habían pegado un tiro en la nuca y que llevaba una hora sujetando su masa encefálica. El hombre llamó a un médico que para poder entrar en el coche tuvo que romper la ventanilla, ya que el coche estaba cerrado y Linda se negaba a quitar las manos de su cabeza. Cuando finalmente entraron, descubrieron que Linda tenía pegado un bollo blando en su cabeza. Un paquete de galletas había explotado por el calor, haciendo un ruido fuerte, y el pegote le había dado en la nuca. cuando se toco para ver que era, solo sintio algo blando, así que pensó que se trataba de su cerebro. En un principio se desmayó, pero se recuperó enseguida y trato de sujetar su cerebro durante más de una hora hasta que alguien vino en su ayuda.

lunes, 26 de mayo de 2008

Hermafrodito

Cierto día, Afrodita y Hermes se encontraron y descubrieron que se amaban.
Tan fuerte fue la atracción que sintieron, como poco duradero fue su encuentro. De su unión nació un hijo, a quien llamaron Hermafrodito, fundiendo en uno sus nombres griegos.
Terminada su aventura, la diosa fue acusada de adulterio y viendo en su hijo un testimonio vivo de su traición, decidió separarse de él. Lo entregó al cuidado de las ninfas del monte Ida para que lo criaran y lo educaran. Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven de gran belleza. Al cumplir 15 años, Hermafrodito decidió salir a recorrer las tierras griegas. Yendo de camino a Caria, en Halicarnaso, el exceso de calor de aquel día soleado le hizo aproximarse a un lago para refrescarse, al que se lanzó a nadar desnudo. Era tan bello como su madre pero no había heredado de ella su ardor amoroso. Ante lo encantos femeninos y perspectivas de aventuras, tímidamente bajaba los ojos y se retiraba.
La ninfa Sálmacis, espíritu de aquel lago, no tardó en ver al joven. La visión de aquel hermoso cuerpo despertó en ella la más intensa pasión. Se desnudó también y se deslizó ágil y graciosamente en las aguas cálidas. Hizo todo lo posible por conquistar al joven, pero éste se resistía.
Desesperada, lo enlazó fuertemente y suplicó a los dioses:”¡Te debates en vano, hombre cruel!¡Dioses! Haced que nada pueda jamás separarlo de mí ni separarme de él”
Los inmortales atendieron a su pedido y los dos cuerpos quedaron fundidos para siempre en un solo ser, de doble sexo.

domingo, 18 de mayo de 2008

Elisa Brown, la Novia de Arena

Elisa, hija del Alte. Guillermo Brown, estaba comprometida con el marino Francisco Drummond, Pancho Drummond era escocés, pero luchaba en la marina inglesa. Se radico en Buenos Aires y empezó a frecuentar la quinta del almirante en Barracas. Alli conoció a Elisa. Él tenia 24 años y ella 17. Se comprometieron y planearon casarse cuando la guerra terminara.
El 6 de abril de 1827, Drummond marchó a la guerra con la flota de Brown. Muy pronto sobrevinieron grandes dificultades.
Drummond, que ya estaba herido, tomó un bote y fue arrimándose al resto de los barcos en busca de municiones para continuar la lucha. En el momento de abordar la goleta Sarandí lo alcanzo una bala enemiga. Drummond comprende que va a morir y entrega a su amigo, el capitán Coe, el anilo nupcial para Elisa y alcanza a mantenerse vivo hasta la llegada del propio almirante, en cuyos brazos muere. Elisa recibió la noticia sin derramar una sola lágrima. Algunos dicen que la envolvió una silenciosa demencia.
Pasaron los meses y una tardecita de diciembre, se vistió con el traje de novia que no pudo estrenar para la boda y se sumergió en el Río de la Plata, acabando con su vida.
Fue enterrada junto con Drummond en el Cementerio de la Iglesia del Socorro, nunca unidos en vida, al menos descansarían juntos en la muerte. Posteriormente fue trasladada a la Recoleta, donde descansa bajo la misma columna que su padre.
Muchos aseguran haber visto su fantasma deambulando por la zona de La Boca y Barracas. Otros la han visto caminando por la costa del río, por donde suelen quedar sus huellas marcadas.
FUENTE.

martes, 13 de mayo de 2008

La Misteriosa Buenos Aires

En el año 2006, un trabajo de investigación reveló que existen 40 cementerios debajo del asfalto que pisan día a día miles de personas en la ciudad de Buenos Aires.
Estos cementerios fueron creados entre los siglos XVII y XVIII. Algunos de esos sitios están debajo de la Plaza de Mayo, la plaza España y la plaza 1º de Mayo, el parque Los Andes de Chacarita, la sede central del Banco Nación, y en la zona del cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Incluso, aún pueden encontrarse restos humanos, parte de un pasado colonial que marcó los orígenes del país.
Las últimas tumbas de los primeros porteños estaban ubicadas, para el 1600, dentro de los templos. Luego se abrieron camposantos anexos a las iglesias ante el aumento de la cantidad de fallecidos, y después se crearon los cementerios, con la llegada de las epidemias, a principios del 1800.
Este mapa de alrededor de 40 lugares de entierro fue elaborado por la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural (CPPHC) porteño.
Las personas de la clase alta eran sepultadas en los interiores de los templos, mientras que la gente del pueblo, los esclavos o reos eran enterrados en anexos. Una muestra fue la Iglesia de San Miguel, construida en 1727, en lo que hoy es la esquina de Tacuarí e Independencia, y luego trasladada a Mitre y Suipacha, en cuyo cementerio, actual plaza Roberto Arlt, eran enterrados los pobres y ajusticiados. “Hay de todo debajo de Buenos Aires. Es muy impresionante y apasionante. La mayoría de los cementerios están bajo o en los alrededores de las iglesias, y muchas de ellas aún están en pie”, explica Leticia Malonese, y agrega: “Acá (en Argentina) siempre se tapa todo, y hay muchos lugares que se rellenaron de basura, como si hubiésemos querido ocultar el pasado colonial”. Para 1800, existieron dos cementerios donde se enterraba a los habitantes “disidentes” que no profesaban la religión católica apostólica romana, sino que eran protestantes. El primero de ellos, llamado “Del Socorro”, estaba ubicado en Juncal y Suipacha, donde eran enterrados los ciudadanos de origen estadounidense y alemán, y el otro, el “Victoria”, situado en lo que hoy es la plaza 1º de Mayo, en el barrio de Balvanera, albergó a los fallecidos de la comunidad británica. En ese mismo lugar, según se cree, fueron inhumados los primeros habitantes judíos de la ciudad de Buenos Aires, que para comienzos de 1900 fueron trasladados hacia la primera necrópolis propia, en el partido bonaerense de Avellaneda. “Todavía hay restos humanos –asegura Malonese–, y muchos se conservan en buen estado a pesar de los años. Todas las construcciones que hay bajo tierra son grandes. En esa época había mucho terreno libre y se utilizaban amplios espacios que, con el pasar de los años, se cerraban y se les construía encima.” Pero las distintas epidemias que azotaron la ciudad obligaron a las autoridades locales del momento a destinar campos alejados como lugares de entierro para los miles de muertos. Así fue como surgió el “cementerio provisorio por epidemia de cólera”, bajo la actual Plaza España, en Barracas, que luego fue reemplazado por el “Del Sud”, donde hoy está el parque Ameghino, en Parque Patricios. Este último fue habilitado en 1867 durante un brote epidémico, y cerró sus puertas cuando llegó al límite de sepultura de 18 mil cadáveres, con la fiebre amarilla de 1871. Una situación similar se vivió en el cementerio viejo de la Chacarita, ubicado en el terreno que hoy ocupa el parque Los Andes. En el cementerio de la Recoleta funcionó un camposanto, la huerta y los jardines de los monjes recoletos. Este lugar fue el primero de los entierros públicos que tuvo la Capital Federal, inaugurado el 17 de noviembre de 1822, como consecuencia de la reforma religiosa llevada a cabo por Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno bonaerense. Desde entonces, las familias más tradicionales de Buenos Aires eligieron este lugar para levantar suntuosas bóvedas, que perduran hasta hoy. FUENTE.
Después de esto, no me quiero imaginar la cantidad de muertos que levantaron para construír los subtes.

domingo, 11 de mayo de 2008

El fantasma del museo

El Museo de Arte Hispanoamericano "Isaac Fernández Blanco" guarda entre sus paredes una de las leyendas urbanas más populares. Este museo no solo custodia los objetos de arte de distintos períodos históricos, sino también una historia de fantasma que asustó incluso a un presidente norteamericano y a los poetas Oliverio Girondo y Manuel Mujica Láinez.
En ese lugar funcionó una compañía importadora de esclavos y mas tarde perteneció a la Parroquia del Socorro, en la década del 20 el arquitecto Martín Noel construyó allí un complejo de estilo neocolonial, con jardines andaluces. En 1937 se creó en el lugar un Museo que la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires llamaría mas tarde con su nombre actual.
Se dice que en el lugar aparece el fantasma de una joven de 17 años que murió de tuberculosis cuando aún el predio era de dominio parroquial. En 1928, cuando ya era conocido como la “Mansión Noel” se alojó allí Herbert Hoover, presidente de los Estados Unidos, que se quejó por los lamentos y ruidos de puertas que se escuchaban por la noche y no le permitían dormir, incluso sus acompañantes dijeron haber visto una figura paseando por los jardines. También en tiempos actuales hay personas que aseguran haber visto una figura extremadamente blanca merodeando por el lugar.
Los poetas y escritores de la década de 40 acostumbraban a reunirse en la casona del poeta Oliverio Girondo y su esposa Norah Lange, que vivían en las inmediaciones de la mansión Noel, los visitantes de la pareja aseguraban que por las noches veían al espectro, pasear por los jardines e incluso algunos decían que habían dialogado. Se dice que, en 1989, el “fantasma del museo” inquietó a la bailarina española Graciela Ríos Saiz al salirle al encuentro cuando ensayaba en los jardines del museo.
Leyenda urbana o realidad, lo cierto es que esta aparición, que desde 1920 atormenta a distintos huéspedes de aquella mansión. FUENTE.

viernes, 9 de mayo de 2008

Olvidados en el ascensor

En el número 1841 de la calle Guido, una casona -actualmente sede del Consejo de Rectores de las Universidades Privadas (CRUP)-, fue el escenario de una historia teñida de sangre, una de las más negras de la vida porteña:

El 1° de enero de 1937, la familia Echagüe preparaba la casa para irse a la estancia donde pasarían los meses del verano. Ya todos habían salido de la casa menos el portero y su mujer, la mucama, que vivían arriba; pero el viejo mucamo Juan, que hacía las veces de mayordomo, creyendo que ya habían salido, cortó la corriente eléctrica y luego salió, cerrando con llave la gran puerta de entrada. Ahora bien; en el momento en que Juan cortaba la corriente eléctrica, el portero y su mujer venían bajando en el ascensor. Cuando tres meses después volvió la familia Echagüe, encontraron en el ascensor los esqueletos del portero y la mucama que se había convenido permanecerían en Buenos Aires durante las vacaciones.

Esta crónica está incluída en uno de los escritos de Ernesto Sábato, en el “Informe sobre ciegos” de su novela Sobre héroes y tumbas. Pero esta narración cobra una nueva dimensión en el momento en que el relator tiene la convicción de que aquel episodio era obra concienzuda y planeada por una secta, e imagina los macabros detalles del episodio: primero la sorpresa del portero al ver que el ascensor se detiene justo entre dos pisos; aprieta el botón una y otra vez, abre y cierra la puerta de fuelle. Luego grita hacia abajo. Nadie le responde. Grita varias veces más. Vuelve a gritar junto con su mujer; lo hacen durante cinco o diez minutos...y nada. Ninguno de los dos quiere decir algo desesperante, pero ya comienzan a pensar que tal vez se hayan ido todos y hayan cortado la corriente. Comienzan entonces a dar alaridos de terror, emitiendo aullidos de animales enloquecidos y acorralados, y golpean con debilidad creciente el bloque macizo del entrepiso. Pasan las horas y nada sucede en aquella silenciosa mansión abandonada; el horror empieza nuevamente a devorarlos. En aquel cuchitril, en las tinieblas, tirados en el suelo (se sienten, se tocan), ambos piensan en la misma y horrible cosa ¿qué comerán cuando el hambre sea insufrible? ¿cómo será la muerte por hambre?. En fin, es seguro que al cabo de cuatro días, quizá menos, de encierro hediondo y salvaje, el más fuerte coma al más débil. En ese caso, el portero come a la mucama, primero en forma parcial, empezando por sus dedos, después de golpearle la cabeza contra las paredes del ascensor. Finalmente la come íntegra. Dos detalles confirman mi reconstrucción, termina Sábato: la ropa de ella, arrancada a jirones, aparecía por el suelo, entre la inmundicia; muchos de sus huesos, también, como si hubieran sido arrojados uno después de otro por el mucamo caníbal. Mientras que el cuerpo podrido y parcialmente esquelético de él estaba a un costado, pero íntegro.” Historia, leyenda o imaginación, lo cierto es que muchos creyeron firmemente la veracidad del episodio, y se comenta haber oído, a altas horas de la madrugada, voces implorantes que surgían del hueco del ascensor o pasos lejanos resonando en la silenciosa casa desierta.

sábado, 3 de mayo de 2008

La Leyenda de Coquena

Coquena es uno de mis tan amados seres mitológicos, uno de los tantos que adornan las páginas de aquellos libros que atesoro desde hace ya tanto tiempo. Se dice que este ser habita las tierras del noroeste argentino, donde protege celosamente la fauna silvestre, premiando a los pastores que realizan con esmero su trabajo con monedas de oro y plata, que según dicen pertenece al tesoro oculto de los incas, el cual también protege Coquena. Eso sí, nunca se debe contar el secreto, porque de los contrario, él quitará lo que dio.
Su nombre refiere a la fascinación que tiene por las hojas de coca, por lo que se le debe agradecer dejándole estas hojas entre las piedras del lugar.
Coquena solo permite la caza por necesidad y a la vieja usanza (con boleadoras previo rodeo y encierro), es invocado para tener éxito en la cacería mediante la ofrenda de hojas de coca o comida. Coquena se considera un ser protector de las vicuñas, guanacos, llamas y animales silvestres; cuyo mito se mantiene vigente en la Puna y la Quebrada y se aparece a los pastores y a los cazadores que cazan con armas de fuego. En estos casos, Coquena se aparece en forma de una vicuña, de una llama, una alpaca o un guanaco, el cazador le disparara y jamás le acertara.
Se dice que es hijo de la Pachamama (Madre Tierra) y que es un hombre pequeño, con rasgos del altiplano y con barba. Los lugareños lo describen como un hombre de aspecto amigable y sonriente, aunque los encuentros duran apenas segundos. Usa ropa de lana tejida y un gorro con orejeras. FUENTE.
Coquena se aparece en sueños a los hombres de familia con escasos recursos y le dice donde están las manadas sin crías que podría cazar para llevar alimento para la familia.
También se dice que Coquena ha quitado animales a quien no sabía valorarlos, así como ha premiado a pastores que protegieron la vida de sus animales con riesgo de la propia.
El puneño no caza más animales de los que necesita para su subsistencia para no despertar la ira de Coquena. FUENTE.
Juan Carlos Dávalos, poeta salteño, dedicó una poesía a Coquena en su libro "Los Cantos de la Montaña" que podrán leer a continuación.

Cazando vicuñas anduve en los cerros

Heridas de bala se escaparon dos.

- No caces vicuñas con armas de fuego ;

Coquena se enoja, - me dijo un pastor.


- ¿Por qué no pillarlas a la usanza vieja,

cercando la hoyada con hilo punzó ?

- ¿Para qué matarlas, si sólo codicias

para tus vestidos el fino vellón ?


- No caces vicuñas con armas de fuego,

Coquena se venga, - te lo digo yo

¿No viste en las mansas pupilas obscuras

brillar la serena mirada del dios ?


- ¿Tú viste a Coquena ? - Yo nunca lo vide,

pero si mi agüelo, - repuso el pastor ;

una vez oíle silbar solamente

y en unos tolares, como a la oración.


Coquena es enano ; de vicuña lleva

sombrero, escarpines, casaca y calzón,

gasta diminutas hojotas de duende,

y diz que es de cholo la cara del dios.


De todo ganado que pace en los cerros

Coquena es oculto, celoso pastor ;

Si ves a lo lejos moverse las tropas,

es porque invisible las arrea el dios.


Y es él quien se roba de noche las llamas

cuando con exceso las carga el patrón.


Juan Carlos Dávalos.




viernes, 2 de mayo de 2008

La Casa de los Leones

Así se le llama a la mansión de estilo francés que desde 1880 perteneció a Eustaquio Díaz Vélez, un hombre tan obsesionado con los leones que los criaba el mismo, en su casa. Esta casona se encuentra emplazada en Montes de Oca 140.
La leyenda cuenta que, allá por 1930, uno de los animales atacó y mató al prometido de su hija el día de la fiesta de compromiso, otras versiones afirman que esto ocurrió en la fiesta de casamiento. Tras el trágico suceso, la chica se suicidó. Poco después de la tragedia, los fantasmas de la pareja comenzaron a recorrer las habitaciones y el parque de la mansión gritando, susurrando y moviendo objetos. Así, don Eustaquio se deshizo de los animales, aunque rindiéndoles un extraño homenaje: hizo tallar cabezas de animales sobre las arcadas de las puertas de entrada a la mansión y emplazó estatuas de leones en el parque. La más impresionante representa a una fiera que lucha con un hombre cuyo brazo está enterrado en las fauces del animal (ver foto).
Otras versiones cuentan que, luego del suicidio de su hija, don Eustaquio hizo una ofrenda y sacrificó a todos los leones con la esperanza de volver a verla. Parece ser que alguien aceptó la ofrenda, ya que se dice que el fantasma de su hija puede verse por las noches, entre las estatuas de los leones y las jaulas oxidadas que no han sido removidas aun del lugar.
Hay quienes dicen que las estatuas de los leones fueron construidas con posterioridad para ahuyentar los espectros. FUENTE.
Hoy, este edificio alberga a VITRA (Fundación para Vivienda y Trabajo del Lisiado Grave), sede de la única escuela primaria y secundaria de toda la Argentina para discapacitados motores. Algunos residentes admiten que por la noche se escuchan ruidos extraños. Todo el parque está superpoblado de gatos, parientes menos feroces de los leones de piedra. FUENTE.

Me recibí!!!

Hoy les cuento algo sobre mí. Finalmente, el miércoles 30 de abril defendí mi tesis de licenciatura y me recibí de Licenciada en Biología. Qué loco! todavía no caigo, lo tomé con una naturalidad...cero euforia. Durante toda mi vida de estudiante me imaginé "el día", me imaginé riendo, llorando, gritando...no sé, mil cosas.
En fin, quiero aprovechar para agradecer a todos los que estuvieron a mi lado en este camino: familia, amigos, compañeros (que fueron sobreviniendo en amigos con el tiempo), Pablo (el 70% de este logro es tuyo).


GRACIAS!

lunes, 28 de abril de 2008

El Cuidador del Cementerio

En el año 1910 un empleado que había sido cuidador del cementerio de la Recoleta durante 29 años, se suicidó. Su nombre era David Alleno, un inmigrante italiano que, aunque de origen humilde, era un enamorado del arte. Aparentemente, esta persona estaba fascinada con las maravillosas esculturas que adornan el cementerio, por lo que siempre tuvo el profundo deseo de que este sea su última morada y comenzó a ahorrar dinero para poder comprar su propia parcela dentro del cementerio. Su hermano, administrador del cementerio en aquel entonces, ganó la lotería y compartió el premio con David, lo cual le facilitó concretar su sueño. Así fue como construyó su propia tumba e inclusive viajó a su nativa Génova buscando a alguien que pudiera tallar su figura en mármol. Curiosamente, en la base de la misma, el escultor escribió: "fue cuidador del cementerio desde 1881 hasta 1910". Se dice que fue tal su emoción al ver la obra terminada y además, luego de leer esa frase, que no quiso contrariar lo que allí decía, por lo cual se suicidó para estrenar su bóveda.
La persona que se encarga de la vigilancia nocturna jura haber visto el fantasma de David Alleno. Otros no lo han visto, pero aseguran que todavia se escucha el tintineo de las llaves a la hora en que comenzaban sus rondas, todas las noches.
La bóveda tiene en la parte superior un busto de un señor con bigotes y en la puerta se lee "Juan Alleno", quien pudo ser el hermano o el padre de David, ya que ambos se llamaban igual. FUENTE.

sábado, 26 de abril de 2008

Luz María García Velloso: La Dama de Blanco

Como habrán podido apreciar, me fascinan las insólitas historias de amor y tragedia que guarda el cementerio de la Recoleta. Tal vez, por su maravillosa arquitectura, por los ilustres muertos que descansan allí o, simplemente, porque me encantan las historias de fantasmas. Esta es otra de esas historias, la de Luz María García Velloso, quien murió en 1925, a la edad de 15 años, de leucemia. Era hija del dramaturgo Enrique García Velloso. Su tumba se encuentra a la derecha de la avenida principal del cementerio de Recoleta. Allí, una escultura de tamaño natural la representa dormida.
Tras su muerte, su madre, desesperada y deprimida, obtuvo un permiso especial para permanecer junto a la bóveda por las noches, donde durmió en un pequeño espacio detrás de las rejas durante meses.
A Luz María se le atribuye el protagonismo de la leyenda urbana más popular del mundo: la Dama de Blanco: dicen que varios jóvenes porteños se encontraron con una bella chica, a quien llevan a bailar o a tomar algo, ella siente frío y se lo comunica al jóven, este le presta su saco y ella lo mancha de café. Al día siguiente, cuando el joven concurre a la casa de la chica con el objetivo de recuperar su saco, lo atiende la madre, que le comunica que la jóven que había conocido horas antes está muerta desde hace años y le indica el lugar de su sepultura, en la Recoleta. El joven va al cementerio, incrédulo, y encuentra su saco sobre la bóveda. Algunas versiones más estrafalarias cuentan que el jóven, al conocer la verdad, enloquece o se suicida. Otra versión cuenta el encuentro de uno de los jóvenes con la madre de Luz María: la chica entra al cementerio una vez terminada la salida y se pierde entre las bóvedas, mientras el joven la sigue y comprueba que estuvo paseando con un espectro.
El actor Arturo García Buhr decía que la había visto en las afueras del cementerio. Según contó Buhr, él le guiñó un ojo y siguió su camino. FUENTE.
Durante años, los jóvenes porteños evitaron seducir a chicas en la esquina de Vicente López y Azcuénaga, lugar en el que se han dado la mayoría de los encuentros.
Una vez más, una jóven que más allá de la muerte, va en búsqueda del amor que no pudo encontrar en vida o quizás, Luz María, no pudo dejar a su sollozante madre y se quedó para consolarla.

jueves, 24 de abril de 2008

Made in Argentina

Esta mañana, luego de repasar por enésima vez la defensa de mi tesina, se me ocurrió hacer un pequeño homenaje a algunos próceres de nuestra historia (a los que son de mi agrado y a los que no también, ya que todos pusieron su granito de arena para contribuir a a la creación de la Argentina que hoy amamos y padecemos). Este homenaje no tiene como objetivo resaltar sus virtudes o sus actos heroicos (eso ya me lo contó la Srta Mirtha en 5to grado) sinó, muy por el contrario, encontrar un punto en común entre estos “héroes” de la Patria y un mortal común y corriente, como cualquiera de nosotros. Para ello, los invito a compartir algunas anécdotas que recopilé sobre Belgrano, Dorrego, San Martín y Sarmiento:
Manuel Belgrano, al parecer, tenía una voz bastante fina, “de pito” hablando en criollo. Esta característica fue, entre otras cosas, la que planteó su enemistad con Dorrego: parece que una vez, en la que San Martín trataba de ilustrar a los oficiales, repitiendo una voz de mando que comenzaba con San Martín y seguía con Belgrano, que era el segundo en autoridad; San Martín dijo: batallón... march... después de San Martín, siguió Belgrano; pero su voz “aflautada” le causó gracia a Dorrego, que soltó una carcajada que ridiculizó al pobre Belgrano frente a su propio batallón. San Martín, un tipo conocido por sus pocas pulgas, se enojó mucho y le dijo: Señor coronel, hemos venido aquí a uniformar las voces de mando. Luego reiteró la orden, Belgrano repitió (con la misma voz de pito, por supuesto) y Dorrego volvió a reírse a carcajadas, San Martín se enfureció y a los pocos días desterró a Dorrego a Santiago del Estero (por suerte, en ese momento, en Santiago el clima era seco y no como ahora), así y todo este lamentable incidente no impidió que este individuo tuviese su propia plaza y avenida en el corazón de la ciudad FUENTE. Y bueno...a él le pasó con la voz de pito de Belgrano...a mi cuando veo a alguien caerse, aceptémoslo, cuando uno se tienta no hay vuelta atrás...no demonicemos al pobre Dorrego, imposible culpar a tan alto exponente de heroico patriotismo. Otra cosa que no puedo evitar preguntarme, más allá de lo netamente etéreo, es si realmente tenía esa cabezota con la que se puede ver en todos sus retratos (ver foto). En fin...
Hay varias anécdotas que describen la conducta intachable y la humildad de José de San Martín en la casa de los Escalada. Cuentan que cuando a su asistente no lo invitaron a comer en la mesa con la familia, San Martín se sentó en la cocina a comer junto a él. En ocasión de su boda, la familia Escalada, le obsequió a Remedios un lujoso ajuar, San Martín se lo hizo devolver aduciendo que la esposa de un soldado no necesitaba ese tipo de lujos. FUENTE.
En cuanto al nefasto Sarmiento, se cuenta que, en 1831, con sólo veinte años debió partir hacia Chile por no compartir las ideas de Rosas. Durante su exilio ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo, periodista...también trabajó en una chacra cuyo dueño comentó una vez: tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina FUENTE. Este taimado personaje que, en 1864, casi entrega la Patagonia, orgullo nacional que compite a nivel turístico con los más bellos paraísos del mundo y que genera importantes ingresos, ya estaba planeando su ingreso al mundo de la política siendo un simple capataz de chacra (suena raro, no?).

Bueno, esto es todo por hoy, tal vez siga recopilando este tipo de historias sobre otros próceres y vuelva “reloaded”. Nos vemos.

miércoles, 23 de abril de 2008

Felicitas Guerrero de Alzaga

Cuando era chica y me dirigía con mi familia a la Costa Atlántica para las vacaciones, la ruta 2 era el paso obligado. Sobre esa ruta, se encuentra la estancia "La Raquel" (el "castillo de Felicitas" para mí), residencia que perteneció antiguamente a Felicitas Guerrero. Ella, la mujer más hermosa de la República según palabras de Guido Spano, era una dama independiente y de gran carácter. Ya a los 26 años, había vivido todo lo bueno y lo malo. Felicitas fue la hija mayor de once hermanos, bonita y rebelde. A los 16 años fue obligada por su padre a casarse con Martín Gregorio de Alzaga, un hombre mucho mayor y uno de los más poderosos de la Nación, con quien Felicitas no fue feliz. De este matrimonio nació un hijo, Félix, quien años más tarde falleció por la epidemia de fiebre amarilla que azotaba la zona. Ese mismo año, la jóven quedó embarazada, pero la felicidad no duraría demasiado para Felicitas: su segundo hijo, Martín, murió pocos días después de nacer. Su esposo, Martín de Alzaga, fallecía 15 días después de la muerte del niño. En sólo dos años perdió a sus dos hijos y al marido. Quedó joven (26 años), rica y estanciera. La viuda comenzó a ocuparse personalmente de los campos que luego se convertirían en Pinamar, Cariló, Madariaga y otras localidades actuales.
Luego, Felicitas conoce a Samuel Sáenz Valiente, un hacendado vecino. A los pocos meses anuncian su casamiento, lo que produjo una revolución entre sus tantos pretendientes. Uno de ellos, Enrique Ocampo, no pudo contener su furia: una mañana se dirigió a la casa de Felicitas y luego de una discusión le disparó, enfermo de celos. Al tomar conciencia de su acción, se suicidó. Cristian de Marías, primo de Felicitas, fue quien encontró los cuerpos. El joven se desesperó al ver a su prima (de quien secretamente estaba enamorado) tendida en el suelo y, al abrazar su cuerpo, descubrió que aún respiraba. Felicitas agonizó durante 3 días y finalmente falleció el 30 de Enero de 1872. Los Guerrero construyeron, en homenaje a su hija, una capilla situada en Isabel La Católica, entre Pinzón y Brandsen, en Barracas. La iglesia es dueña de una triste fama: nadie la elige para casarse.
En 1981, la iglesia construída por los padres de Felicitas fue donada al municipio. Al iniciarse la restauración del templo, estaban caídas simétricamente las cinco alas derechas de los ángeles de mampostería que hay a la entrada. Cuando el arquitecto restaurador Roberto Devincenzi talló las alas siguiendo la escala original y las colocó, sonaron inexplicablemente las campanas. Los vecinos de Barracas aseguran haber visto a Felicitas deambulando por la iglesia.
La leyenda dice que quien toque las rejas que rodean la Iglesia, recuperará el amor perdido, los que creen en esta historia acostumbran a dejarle flores y ofrendas.
FUENTE

martes, 22 de abril de 2008

La Leyenda del Río Negro: el abrazo de Neuquén y Limay

Cuenta la leyenda que Neuquén y Limay, hijos de dos caciques que tenían sus tribus uno al norte y otro al sur, eran grandes y leales amigos, hasta que un día, en que cazaban juntos, oyeron una dulce voz que cantaba entre los arrayanes.
Dirigiéndose hacia el lugar, hallaron a orillas de un lago a una hermosa joven mapuche de largas trenzas, ojos negros y talle esbelto y frágil, llamada Raihué (capullo en flor). En viaje de regreso los dos jóvenes notaron que Raihué se había introducido en sus almas, lo que se interpuso en su plena y antigua amistad. Pasada las lunas y consultada la "Machi" (adivina) por ambas familias, comprendieron cuál era la causa del distanciamiento de aquellos jóvenes que antes eran como hermanos, por lo que dicidieron someterlos a una prueba para que el destino decidiera. Le preguntaron a Raihué qué era lo que más deseaba en el mundo a lo que contestó "tener un caracol para saber como es el sonido del mar". Los jóvenes entonces tendrían que llegar hasta el mar y traer un caracol, el que primero llegase tendría el amor de la joven como premio.
Consultados los dioses, convinieron que lo más rápido para llegar al mar sería convertir a los jóvenes en ríos. Así lo hicieron y partieron de sus respectivas tribus. El Espíritu del viento, sintiéndose desplazado y celoso, comenzó a intrigar a Raihué, susurrándole al oído por las noches que Neuquén y Limay no volverían nunca más, pues las estrellas que se caen al mar se convierten en mujeres hermosas y encantadas que atrapan a los hombres y los encadenan en el fondo del mar.
Raihué, angustiada comenzó a marchitarse de pena y dolor, mientras los jóvenes seguían su carrera salvando numerosos obstáculos y el viento que los incitaba a volver. Cuatro veces cuatro lunas pasaron desde que los mapuches se marcharon y aún el mar estaba lejos. Raihué, angustiada y marchita, haciendo un esfuerzo, se arrastró hasta el lago donde conociera el Amor y alzando los brazos a Nguenechén (Dios) le ofreció su vida a cambio de la salvación de los jóvenes. A medida que rezaba, sus pies se convertían en raíces que penetraban lentamente en la tierra, su cintura se afinaba en verde tallo, su busto se esparcía en tiernas ramitas y su boca se abría en flor, convirtiéndose en el michay (calafate). El viento, queriendo disfrutar del dolor de los jóvenes, se lanzó a darles la noticia soplando con tanta furia que desvió el curso de ambos hasta juntarlos. Al enterarse que Raihué había muerto de amor por ellos, sólo atinaron a abrazarse fraternalmente y así, unidos en un abrazo que nunca terminará, continuaron su camino hacia el mar, llorando a Raihué y vestidos de luto. Así nació, al juntar ambos sus márgenes, el río Negro.
FUENTE

lunes, 21 de abril de 2008

Rufina Cambaceres

Un día, paseando por el cementerio de la Recoleta, no pude evitar detenerme frente a la tumba de una joven que murió a la edad de 19 años. Posteriormente, me enteré que esta chica murió en medio de una situación muy confusa. Su nombre era Rufina, hija de un reconocido escritor argentino, Eugenio Cambaceres y una bailarina italiana, Luisa Baccichi, a quien la gente de la alta sociedad apodaba “La Bachicha”.
Al morir Eugenio, Luisa y Rufina quedaron solas, viviendo en una mansión de Barracas (el barrio más "pituco" de Bs. As. en esa época).
Luisa, algunos años después de la muerte de Cambaceres, se convirtió en la amante de Hipólito Yrigoyen (el único presidente soltero de nuestro país). En esa época, la jóven Rufina, tenía varios pretendientes. Quienes la conocieron la recuerdan como una jóven muy bella e introvertida.
El 31 de mayo de 1902 Rufina cumplía 19 años, Luisa había organizado una gran fiesta, para luego concurrir al teatro Colón. Antes de partir, Luisa escuchó el grito de una de las criadas, corrió a la habitación de Rufina y encontró a su única hija tendida en el suelo, muerta. Varios médicos confirmaron que la muerte de la jóven había sido producto de un síncope. Al día siguiente, Rufina fue sepultada en el cementerio de la Recoleta. Horas más tarde, el cuidador de la bóveda de los Cambaceres, halló el ataúd de Rufina abierto y con la tapa rota.
La versión oficial informó un robo, ya que la jóven había sido enterrada con sus mejores joyas; pero Luisa vivió el resto de su vida torturada por la convicción de que su hija había sufrido un ataque de catalepsia y fue sepultada viva. La leyenda cuenta que arañando y golpeando las paredes del féretro, logró salir y ver el cementerio desierto. Pero las puertas de la bóveda estaban cerradas. En ese momento, víctima de la desesperación, su corazón no resistió y volvió a morir realmente.
Existen distintas versiones sobre lo que realmente pasó ese día. Sin embargo, lo que parece más cercano a la realidad es que el día en que Rufina cumplía 19 años, una amiga íntima le reveló un secreto celosamente guardado: su novio era también el amante de su bella madre, Luisa. El novio de Rufina era el jóven Hipólito Irigoyen.
La muerte de Rufina esconde una historia de amor y engaño que terminó con su vida de forma prematura.
En una esquina de la sección 13, en el cementerio de la Recoleta, está la bóveda de Rufina Cambaceres al lado de la de su familia, que ostenta el nombre de Antonino Cambaceres, tío de Rufina. Luisa, su madre, decidió construir un sepulcro para su hija. De ello resultó un importante monumento Art Noveau, obra del alemán Richard Aigner, que representa a Rufina de pié, abriendo la puerta de la bóveda para volver a la vida.



jueves, 17 de abril de 2008

Felis domesticus



Mi familia está compuesta por Pablo, yo y mis tres adorables gatos. El mayor, Gandalf, tiene 7 años; Noxeema, la del medio, tiene 5 y Mía (Neuri) tiene 1 año y es hija de Noxeema. Cada uno de ellos tiene una personalidad bien definida, no dejo de asombrarme de su capacidad de expresarse para terminar obteniendo lo que quieren siempre, sin excepción. Los tres son especialistas en manipulación humana (como todos los gatos), se creen que con esa "carita de gato con botas de Shrek II" pueden hacer que los humanos hagamos lo que ellos quieren (y tienen razón).
Ellos nos involucran en todos sus juegos, nos buscan, nos perdonan cuando los retamos injustamente y nos dan su cariño incondicionalmente. A ellos no les importa como somos, nos aceptan tal cual y no hacen juicios prematuros, no les importa cuantos años tenemos ni si tenemos antecedentes penales.
Yo sí tengo prejuicios que estoy tratando de erradicar con la edad y la experiecia, y jamás haría amistad con un ex convicto (cuac!). Uno de los prejuicios que tengo es que considero malas personas a aquellas que no aman a los animales, porque sinceramente, no lo puedo entender.
Odio a los que esclavizan animales, a los domadores, me enferma que nadie haga nada al respecto y lo peor de todo es la gente que va a disfrutar de esos shows de cuarta. Odio los zoológicos y apoyo la creación de reservas en las que los animales viven en su hábitat natural y conservan sus instintos.

Riviera Maya


Es un lugar impresionante que no puedo parar de recomendar, ahí pasé mi luna de miel (el lugar ideal). Lo mejor del Caribe, con la segunda barrera de coral más grande (después de Australia, pero ahí no se si iría, hay mucho bicho venenoso, no me parece una buena idea ir a conocer muy de cerca esa fauna ponzoñosa). Volvamos a México: Lo más fascinante de este lugar es su biodiversidad, además de su belleza. Imagínense: yo, casi bióloga y viviendo en este país donde, si buceás y ves 5 peces cagándose de frío en una hora (todos en el mismo tono de gris), quedo feliz; voy a este lugar, donde los peces tienen unos colores espectaculares y nadan en cardúmenes de a 50 y quedé fascinada. A los peces espectaculares, también se suman toda clase de invertebrados, desde poliplacóforos (unos moluscos primitivos) hasta los crustáceos más coloridos (y muertos, los vivos son muy veloces y no se quedan para la foto). Otras cosas interesantes para hacer allá son las excursiones a las antiguas ciudades mayas (Chichen Itzá, Tulum), a cenotes (ríos subterráneos en plena selva) y parques acuáticos, como Xel-Há y Xcaret, donde podés dedicar el día a nadar con tu visor y snorkel en un río de agua salada. La verdad es que volvería mil veces sin dudarlo, conocí un lugar tan hermoso y único como mi país.

miércoles, 16 de abril de 2008

Seres Mágicos

Desde chica me fascinaron las hadas, los duendes y los elfos. Aun hoy, a los 26 años, una parte de mí se aferra a la idea de que estos seres viven entre nosotros.

Durante mis primeros años, mi imaginación me jugaba trucos: oía voces, ruídos que me ponían los pelos de punta. Hoy extraño esos días en los que creía en estos seres, imaginando un mundo que existe más allá de lo que puedo percibir con estos 5 sentidos, preguntándome donde reside la limitación adquirida que no me permite sentirlos más.
¿Alguna vez buscaron un objeto perdido encontrándolo horas después en el lugar donde habían buscado ya varias veces? Se imaginarán que mi respuesta a esa pregunta es SI!!! A los duendes les divierten estos juegos.
Ahora bien, yo creo en estos seres. Y ustedes?