martes, 22 de abril de 2008

La Leyenda del Río Negro: el abrazo de Neuquén y Limay

Cuenta la leyenda que Neuquén y Limay, hijos de dos caciques que tenían sus tribus uno al norte y otro al sur, eran grandes y leales amigos, hasta que un día, en que cazaban juntos, oyeron una dulce voz que cantaba entre los arrayanes.
Dirigiéndose hacia el lugar, hallaron a orillas de un lago a una hermosa joven mapuche de largas trenzas, ojos negros y talle esbelto y frágil, llamada Raihué (capullo en flor). En viaje de regreso los dos jóvenes notaron que Raihué se había introducido en sus almas, lo que se interpuso en su plena y antigua amistad. Pasada las lunas y consultada la "Machi" (adivina) por ambas familias, comprendieron cuál era la causa del distanciamiento de aquellos jóvenes que antes eran como hermanos, por lo que dicidieron someterlos a una prueba para que el destino decidiera. Le preguntaron a Raihué qué era lo que más deseaba en el mundo a lo que contestó "tener un caracol para saber como es el sonido del mar". Los jóvenes entonces tendrían que llegar hasta el mar y traer un caracol, el que primero llegase tendría el amor de la joven como premio.
Consultados los dioses, convinieron que lo más rápido para llegar al mar sería convertir a los jóvenes en ríos. Así lo hicieron y partieron de sus respectivas tribus. El Espíritu del viento, sintiéndose desplazado y celoso, comenzó a intrigar a Raihué, susurrándole al oído por las noches que Neuquén y Limay no volverían nunca más, pues las estrellas que se caen al mar se convierten en mujeres hermosas y encantadas que atrapan a los hombres y los encadenan en el fondo del mar.
Raihué, angustiada comenzó a marchitarse de pena y dolor, mientras los jóvenes seguían su carrera salvando numerosos obstáculos y el viento que los incitaba a volver. Cuatro veces cuatro lunas pasaron desde que los mapuches se marcharon y aún el mar estaba lejos. Raihué, angustiada y marchita, haciendo un esfuerzo, se arrastró hasta el lago donde conociera el Amor y alzando los brazos a Nguenechén (Dios) le ofreció su vida a cambio de la salvación de los jóvenes. A medida que rezaba, sus pies se convertían en raíces que penetraban lentamente en la tierra, su cintura se afinaba en verde tallo, su busto se esparcía en tiernas ramitas y su boca se abría en flor, convirtiéndose en el michay (calafate). El viento, queriendo disfrutar del dolor de los jóvenes, se lanzó a darles la noticia soplando con tanta furia que desvió el curso de ambos hasta juntarlos. Al enterarse que Raihué había muerto de amor por ellos, sólo atinaron a abrazarse fraternalmente y así, unidos en un abrazo que nunca terminará, continuaron su camino hacia el mar, llorando a Raihué y vestidos de luto. Así nació, al juntar ambos sus márgenes, el río Negro.
FUENTE

3 comentarios:

Celi.. dijo...

hola mariana! me encanto como cambio el blog....
segui asi
saludosss


www.cuentomihistoria.blogspot.com

Romina dijo...

hola Mar!!!!!

buenisimo tu blog ya lo agrego a favoritos

te dejo un dato....busca la leyenda de la niña encantada, si no encontras nada avisame, su ya lo habias posteado, perdonnnn

besotesssss

Romina dijo...

hola MArrrr

buenisimo el bloggg

te dejo un dato busca la leyenda de la niña encantada, si no encontras nada, avisame, si ya lo publicaste perdonnnnnnnn.
Besotessssssssss

Andreita de zabatika
pd: toy usando el blog de una amiga pa poder postearte