Esta mañana, luego de repasar por enésima vez la defensa de mi tesina, se me ocurrió hacer un pequeño homenaje a algunos próceres de nuestra historia (a los que son de mi agrado y a los que no también, ya que todos pusieron su granito de arena para contribuir a a la creación de la Argentina que hoy amamos y padecemos). Este homenaje no tiene como objetivo resaltar sus virtudes o sus actos heroicos (eso ya me lo contó la Srta Mirtha en 5to grado) sinó, muy por el contrario, encontrar un punto en común entre estos “héroes” de la Patria y un mortal común y corriente, como cualquiera de nosotros. Para ello, los invito a compartir algunas anécdotas que recopilé sobre Belgrano, Dorrego, San Martín y Sarmiento:
Manuel Belgrano, al parecer, tenía una voz bastante fina, “de pito” hablando en criollo. Esta característica fue, entre otras cosas, la que planteó su enemistad con Dorrego: parece que una vez, en la que San Martín trataba de ilustrar a los oficiales, repitiendo una voz de mando que comenzaba con San Martín y seguía con Belgrano, que era el segundo en autoridad; San Martín dijo: batallón... march... después de San Martín, siguió Belgrano; pero su voz “aflautada” le causó gracia a Dorrego, que soltó una carcajada que ridiculizó al pobre Belgrano frente a su propio batallón. San Martín, un tipo conocido por sus pocas pulgas, se enojó mucho y le dijo: Señor coronel, hemos venido aquí a uniformar las voces de mando. Luego reiteró la orden, Belgrano repitió (con la misma voz de pito, por supuesto) y Dorrego volvió a reírse a carcajadas, San Martín se enfureció y a los pocos días desterró a Dorrego a Santiago del Estero (por suerte, en ese momento, en Santiago el clima era seco y no como ahora), así y todo este lamentable incidente no impidió que este individuo tuviese su propia plaza y avenida en el corazón de la ciudad FUENTE. Y bueno...a él le pasó con la voz de pito de Belgrano...a mi cuando veo a alguien caerse, aceptémoslo, cuando uno se tienta no hay vuelta atrás...no demonicemos al pobre Dorrego, imposible culpar a tan alto exponente de heroico patriotismo. Otra cosa que no puedo evitar preguntarme, más allá de lo netamente etéreo, es si realmente tenía esa cabezota con la que se puede ver en todos sus retratos (ver foto). En fin...
Hay varias anécdotas que describen la conducta intachable y la humildad de José de San Martín en la casa de los Escalada. Cuentan que cuando a su asistente no lo invitaron a comer en la mesa con la familia, San Martín se sentó en la cocina a comer junto a él. En ocasión de su boda, la familia Escalada, le obsequió a Remedios un lujoso ajuar, San Martín se lo hizo devolver aduciendo que la esposa de un soldado no necesitaba ese tipo de lujos. FUENTE.
En cuanto al nefasto Sarmiento, se cuenta que, en 1831, con sólo veinte años debió partir hacia Chile por no compartir las ideas de Rosas. Durante su exilio ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo, periodista...también trabajó en una chacra cuyo dueño comentó una vez: tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina FUENTE. Este taimado personaje que, en 1864, casi entrega la Patagonia, orgullo nacional que compite a nivel turístico con los más bellos paraísos del mundo y que genera importantes ingresos, ya estaba planeando su ingreso al mundo de la política siendo un simple capataz de chacra (suena raro, no?).
Bueno, esto es todo por hoy, tal vez siga recopilando este tipo de historias sobre otros próceres y vuelva “reloaded”. Nos vemos.